Cuento de la estrella

Había una vez una bonita, brillante y reluciente familia de estrellas de Paz. El jefe de la familia era la sonriente estrella Sol. Era una estrella muy especial. Sentía mucho Amor por todas las demás estrellas, y podía enviarles Amorosos rayos de luz. Esto les gustaba mucho a las estrellas, y por ello permanecían pacíficas y felices, y él sonreía día y noche. Adoraba observar a sus hijas estrellas de Paz.
A los niños y niñas de la Tierra los ponía contentos que todas las estrellas estuviesen felices, les gustaba observar las estrellas y verlas relumbrar. A los niños y niñas de la Tierra les gustaba ver a las estrellas jugar entre sí. Algunas veces, las estrellas jugaban con los niños y niñas de la Tierra. Pero un día, las estrellas amistosas del cielo vieron que dos niños de la Tierra peleaban entre sí. "Oh", le dijo una de las Estrellas de Paz a otra, "¡vayamos rápido para ayudarles antes de que se golpeen"!. Veloces como un relámpago, volaron hasta donde estaban, les enviaron rayos de Paz y de Amistad. Hasta les hicieron cosquillas en las narices con sus rayos y los niños tuvieron que reírse.
Entretanto, la estrella Valerosa había notado lo que sucedía en la Tierra, y como no tenía miedo, junto con la estrella Valiente, voló hacia ellos. Se presentaron y la estrella Valiente dijo: "Soy considerada la estrella más valiente de la familia de estrellas porque nunca discuto o peleo con nadie. Ni discutir o pelear es la cosa más valiente que se puede hacer".
A esta altura, la estrella Amorosa y la estrella de la Risa habían notado al grupo, y enfocaron sus rayos brillantes sobre los niños, de modo que olvidaron su enojo. La enorme estrella Servicial y la estrella Paciente también habían llegado. "Niños, niñas", dijo la estrella Servicial, "¿no es lindo ver cómo todas estas estrellas bajaron a la Tierra para ayudarlos? ¿Puedo contarles un secreto?".
"¡Sí, sí", exclamaron.
"El mayor secreto", dijo la estrella Servicial, "es la paciencia. ¡Miren a la estrella Paciente! Nada puede perturbarla. Siempre tiene paciencia con los demás. Todos la aman".
"Está todo bien", dijo la estrella Cautelosa. "Si uno presta atención en el modo que trata a los otros y los trata con Respeto, es fácil no lastimar y no ser lastimado por los demás. No hace falta pelear".
Entonces, casi todas las estrellas habían llegado a la Tierra y se les habían unido muchos, muchos niños y niñas de la Tierra. De pronto, vieron algo que brillaba mucho en el cielo. Era la estrella Más Brillante, junto con la estrella Feliz y la estrella de la Risa. La estrella Más Brillante dirigió sus rayos hacia los niños y niñas, y la estrella Que Ríe soltó una carcajada tan graciosa que sencillamente no pudieron evitar que la risa los contagiara.
"¡Pasemos un buen momento!", cantó la estrella Feliz, y comenzaron a jugar y bailar. Las estrellas trajeron deliciosos manjares. Fue la mejor fiesta que se pudiese imaginar. Bailaron, jugaron, comieron y rieron. "¡Ésta es la mejor fiesta de todos los tiempos!", fue la impresión de todos.
¡Entonces sucedió! Nadie había advertido la llegada de la estrella Tranquila, que entonces habló: "La gran estrella Sol me ha enviado con un mensaje", dijo suave y dulcemente. "Toda la fiesta llegó a su fin, y tienen que regresar a casa ahora".
Los niños y las niñas de la Tierra también habían pensado en volver a casa, pues se había puesto bastante oscuro. Abrazaron a las estrellas y les dijeron adiós. Una de las estrellas de Paz le dijo suavemente: "Sepan que siempre estamos allí para ustedes, hasta durante el día, cuando no pueden vernos. Si nos imaginan en sus mentes, podrán sentir nuestros rayos de Amor y Paz". Y la estrellas brillaron intensamente hacia los niños y después volaron de regreso hacia la enorme estrella Sol. Fue muy lindo verlas. A medida que las estrellas de Paz volaban más y más alto, enviaban rayos brillantes y pensamientos amorosos a los que estaban abajo.
Todas las estrellas de Paz enviaron Paz, y cada estrella de Paz envió su propia cualidad especial. La estrella Paciente envió paciencia. La estrella de la Risa envió una feliz carcajada. La estrella Tranquilla envió rayos suaves y apacibles. La estrella Amorosa envió una gran cantidad de pensamientos Amorosos. Los niños y las niñas de la Tierra observaron contentos y saludaron a las estrellas con sus manos. "Regresen pronto", gritaron, y marcharon hacia sus hogares.

5 comentarios:

  1. Ahora entiendo por qué me gusta tanto mirar las estrellas:
    ES COMO SI FUÉRAMOS VIEJOS AMIGOS....

    UN BESOTE

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  2. Bonita entrada mi niña ,una buena leccion para todos ,la amistad ,el respeto ,el cariño siempre tienen que estar presente en nuestra vida ...
    ME GUSTO MUCHISIMO
    TE QUIERO MUCHO HIJA .
    MUAKSSSSSSSSSSSSSSS,CIENTOS DE BESITOS...

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  3. Ojalá todo el mundo hiciese caso a las Estrellas de Paz. La vida sería muy bonita y disfrutaríamos más de ella. Me ha gustado mucho este cuento.

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  4. bueno yo lo e pues para ver si a alguien le gustaba

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  5. Que bonito cuento y mas aun lo es cuando lo oyes con tu dulce voz...y yo tube ese lujazo al oirlo en mi casita(se van a morir todos de envidia si si jajaja)
    gracias por hacerme tocar las estrellas de tu mano..
    TE QUIERO MUCHO PRINCESITA

    Ali.

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